Agile y Lean, ¿dos palabras vacías?
Si perteneces al mundo de las startups o estás cerca de un departamento de innovación te habrás percatado de la aparición de dos palabras: Agile y Lean.
Ya no podemos hacer nada que no Agile o Lean. O deberás asumir las consecuencias de no estar a la moda. A la hora de la verdad ambos términos se utilizan indistintamente, se mezclan y se confunden uno con el otro. Y su popularidad no ha ayudado. Multitud de empresas nos ofrecen productos, servicios y formaciones agile con promesas de aumentar nuestra productividad.
Y hemos llegado a un punto en que ambos términos se han quedado vacíos, simples muletillas que apoyan lo que ya llevamos haciendo muchos años.
Personalmente creo que es una pérdida así que...
Volvamos a los fundamentos
El método Lean surge en los 70 del método Toyota. Seguramente te suene las palabras kaizen, introducir pequeñas mejoras de forma constante, y muda, eliminar los desperdicios (todo aquello que no sume).
Años después, un montón de desarrolladores cansados de trabajar para las grandes compañías, se inventan Agile. El enfoque es muy parecido a Lean, de hecho comparte parte de sus valores de aprendizaje.
Nota curiosa, muchos creemos que XP y Scrum nacen de Agile, cuando en realidad es todo lo contrario. Agile es una destilación de la esencia que caracteriza a ambas formas de trabajo.
¿Entonces por qué la confusión?
Agile y Lean tienen algo en común que es el aprendizaje.
Podríamos decir que Agile es algo más lanzado y que te invita a empezar y luego a reflexionar. Mientras que Lean toma una posición más tradicional de marcar una hipotesis. Pero la diferencia es puramente intelectual, nada te impide lanzar una hipotesis.
Ambos van a centrar en un paso importante que es el aprendizaje o retrospectiva. Una fase en la que prestamos menos esfuerzo del que se merece respecto a las otras fases
Con los años los términos se han ido refinando. Quizás una de las definiciones que más me han gustado es la de Johnny Scheider en Understanding Design Thinking, Lean, and Agile.
Lean: construye la cosa correcta
Agile: construye la cosa correctamente
Evoluciones interesantes
Google Ventures hizo famoso los Design Sprint. Esta metodología de experimentación y descubrimiento se afianza en Lean atacando su punto más costoso. ¿Cuál es su punto más costoso?
En el ciclo de Lean la parte que más esfuerzo requiere es la fase de construcción. Como suele recordar mi amigo Carlos Sánchez "Un error en un plano se elimina con una goma de borrar, en la obra se elimina con un martillo". Y esta es la pregunta que Design Sprint plantea: de todas las hipótesis que puedes plantear, cuál tendría mayor impacto y cómo puedes validarla lo antes posible. Y si puedes hacer trampas mejor.
Entendamos trampas a reducir la construcción del prototipo a su mínima expresión. Esto lo hemos visto mucho en Tetuan Valley; si necesitas medir el interés invierte en Ads, si necesitas capturar leads haz una landing. Ejemplos de como Zappos decía que tenía un catálago de zapatos inmenso pero en realidad si ibas físicamente a la tienda no había muchos.
¿Cuál es el problema?
Uno de los principales problemas que tenemos a la hora de aplicar sus bondades es que siguen siendo conceptos intelectuales. Uno no es Agile por mucho que piense, tiene que actuar.
Derivado de este problema intentamos alcanzar estas palabras mediante metodologías, frameworks de trabajo o, dios no lo quiera, herramientas.
Estamos volviendo al problema del martillo de oro. Ahora desarrollamos código con Scrum, emprendemos con Lean Startup y todo lo demás no importa. Hemos alcanzado el nirvana del Agile. Curiosamente, al igual que las connotaciones espirituales del Nirvana, el Agile es el camino y no el destino.
Call to Action
En resumen agile y lean son dos palabras vacías, hemos de aportar nuestra inteligencia (y el esfuerzo que ello conlleva) para completarlas.